domingo, 7 de enero de 2018

EL MOVIMIENTO EN EL AULA DE BEBÉS



El aula de bebés tiene unas características más específicas en relación al resto de aulas de la Escuela.De hecho, las incorporaciones se producen a lo largo del primer trimestre, flexibilizando aún más los tiempos, dependiendo de la situación particular de cada familia.


También al ser un grupo de edad, donde la diferencia de meses se refleja mucho en su desarrollo, la atención es más individualizada, respetando sus ritmos , y adaptándose a las necesidades y momentos particulares de cada uno.











En lo relativo al movimiento, no forzamos posturas. Es muy importante permitir al bebé moverse en libertad, ofrecerle el espacio, el ambiente y el material adecuado además de ropa cómoda que no le impida moverse, para que pueda hacerlo, para que ellos mismos descubran sus posibilidades y avancen en sus movimientos y posturas.



   
    Imagen a través de la cual, Emmi Pikler, pediatra húngara, observa y registra
 los logros que el bebé consigue por sí mismo.





No necesita un tiempo en el horario para hacer psicomotricidad, para el bebé la psicomotricidad es todo el tiempo. En este momento de su vida, a través de los logros motrices se desarrollan también otros aspectos: cognitivos, sensoriales, de relación...




Contrariamente a lo que se suele hacer, no hay que sentar al bebé apoyándolo entre cojines o en adaptadores que lo mantienen falsamente sentado. El será capaz de mantener la espalda derecha, pero toda su energía se centrará en ello, sin poder hacer o concentrarse en nada más, y cuando empiezan a ponerse de pie tampoco conviene darles la mano para que den pasos, vuelve a ser la misma situación, Cuando su cuerpo y su cerebro estén preparados para echar a andar, lo hará por sí mismo.






Cuando son capaces voltean, después se arrastran, gatean, se sientan solos con perfecto equilibrio, se agarran y se ponen de pie , caminan de lado agarrados y después se lanzan a caminar.

Si les llevamos de la mano cuando aún no son capaces, no permitimos una correcta evolución. Y la postura es también forzada. Y, además, retrasaremos el proceso, pues se confían y tardan más en hacerlo solos, además de tener que depender del adulto para moverse.



Lo mejor es estar a su altura, en el suelo jugando con ellos, para que "no deseen llegar a la nuestra antes de tiempo".
Cada niño elige el movimiento que quiere realizar, y pasará al siguiente estadio cuando se sienta seguro por sí mismo.












         Los logros son suyos, con confianza y seguridad en sí mismos y, al mismo tiempo, disfrutan de ese proceso tan Importante y Único en sus vidas.